viernes, 3 de julio de 2009

Entrevista en La Cartelera, por Dani Tomás

Entrevista en La Cartelera, número 971. Suplemento de ocio de los viernes de Levante-EMV, periódico local (Valencia sobre todo, pero también parte de la Comunidad Valenciana)


Zona cómic, por Dani Tomás


Rastros borrosos de una lucha


Uno de los autores más respetados de Valencia y menos prolíficos por lo arriesgado de sus propuestas, es Carlos Maiques, quien acaba de publicar Lina Odena, con guión de Jorge García. Una obra sobre una activista comunista, planteada sin pasión.


Curtido en el mundo del fanzine y la autoedición, Carlos Maiques es un artista con una especial relación con una especial relación con el cómic, al que lleva dedicando su trabajo desde los creativos años noventa, colaborando y promoviendo fanzines como Como vacas mirando el tren, Malasombra, TOS, etc. Tras la publicación de Gracias por su visita, en el año 2001, la Fundación Pere Ardiaca publica Lina Ódena, Palabras (de) mayores, con guión de Jorge García y dibujos de Maiques. Se trata de la biografía de esta mujer, que, en los años treinta del pasado siglo, entregó su vida a luchar por el comunismo y los derechos de las mujeres en España. A esta actividad hay que sumar que Carlos se dedica a la ilustración de libros infantiles y es un activo artista plástico.


Ha sido la primera vez que trabaja con guión de otro autor ¿Cómo ha sido, se ha sentido libre?


En realidad, no ha sido la primera vez: en un fanzine -Arrós al forn- ya hice una historia guionizada por Víctor Palau. Cuando trabajas como guionista y dibujante, a la fuerza el dibujo y la historia están muy interrelacionados, porque los dos aspectos nacen a la vez. En esta ocasión ha sido raro, porque te dan la planificación. Y lo cierto es que encuentras ideas en los guiones de otros que no se te hubieran ocurrrido. Jorge es bueno, porque tiene un tipo de narración que se va ajustando a la progresión dramática de lo que cuenta, pero también le da mucha libertad al dibujante y no pone problemas a la hora de aceptar cambios. Lo importante es encontrar soluciones gráficas que nos satisfagan a todos, y lo hemos conseguido.



Gráficamente, ha resuelto la historia con un dibujo muy evocador, poco realista.


Sí, y ha sido una suerte, porque esto nos ha evitado una labor ingente de documentación sobre localizaciones, etc. Pero la razón de elegir este estilo fue que sabemos muy poco sobre el personaje real de Lina, y por eso me pareció adecuado sugerir, dejando aspectos indefinidos. Con los datos que tenemos, no podemos llegar al personaje más que a través de escritos oficiales, recortes de periódicos y fotos. Y eso ha sido mérito de Jorge, la verdad. Porque ha desarrollado la historia como lo que pudo haber sido. Fue una elección muy pensada, escogí crear viñetas con muchas zonas difusas.


El cómic centra la mirada en el recorrido de Lina, sin profundizar en el momento histórico...


Jorge no ha planteado un conflicto en términos absolutos, sino que nos cuenta una historia de una persona que vive una situación histórica determinada, y esa historia resultante es buena. Y eso es lo que me motivó: el guión me gustó porque se fija en matices de un momento histórico que no han sido tratados hasta ahora.


Y el resultado no es un ajuste de cuentas con el pasado ni tiene el tono del panfleto.


Pienso que no. Es una mirada tranquila sobre un personaje y su época. El cómic es un medio que permite esta serenidad. Es evidente que no es un panfleto, no encuentras pasión en este cómic, ni se trata de reabrir nada.


En su obra hay una investigación incesante del lenguaje y una querencia acusada por la abstracción.


Los lenguajes del cómic son como los de otros medios. Se crean clichés. También hay formatos que definen el contenido. Y si están bien usados y funcionan, creo que está muy bien. Quiero decir que sí me interesa investigar, pero valoro otros lenguajes con sus protocolos, si están bien hechos. Como lector me interesa todo tipo de cómic.