sábado, 2 de enero de 2010

Dos mil diez razones, por lo menos.


Ya estamos aquí.Unos cuantos sueños difusos,una serie de buenas intenciones y todo lo mejor por delante. Antes de abrir los ojos, un percherón a las percusiones con guitarras aullando, conversaciones y miradas inundadas de brillo.

En otros lugares, el líquido negro que define el éxito de las fiestas, que se pega a los zapatos para poder viajar de nuevo.


Y muchas historias que ver, leer y contar.

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